Tipos:
Hay varios tipos de ganchillo: según su forma, su material o el número del ganchillo, que te indica el grosor de la lana con el que debes trabajar.
Algunos ganchillos, de hecho la mayoría, tienen una empuñadura para que descanse el dedo pulgar, y además los hay con la garganta cortada o bien redondeada.
En cuanto a los materiales, el más corriente es el aluminio, aunque también existen de madera, de bambú, de plástico, de acero...
También se utilizan los ganchillos japoneses, que son más pequeños que los normales y poco a poco, son cada vez más populares.
Anatomía:
El ganchillo está formado por el mango, la empuñadura (que como hemos dicho antes sirve para que el dedo pulgar no se cargue), la espinilla, la garganta (que ya hemos comentado que puede ser cortada o redondeada) y la punta.
Mantenimiento:
Para que los ganchillos se mantengan en buen estado es muy importante guardarlos en un lugar limpio y cerrado, como una caja de madera o plástico, e incluso una bolsa. Aunque la forma más eficaz para que tus ganchillos estén siempre como nuevos es guardarlos en una funda de tela de algodón con compartimentos, para evitar que se rayen o se marquen.
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